Cuatro residentes del Centro para Personas con Discapacidad Física DomusVi Bóveda (Lugo) -Pancho Diéguez Baldín, Loli Yrago Muíños, Froilán Arias Vega y Mar Saavedra Corredoira- participan en la séptima edición del proyecto DisCamiño, una iniciativa que se celebra cada año con la voluntad de ofrecer la posibilidad de recorrer un tramo del Camino de Santiago a personas con discapacidad sensorial, física o intelectual. 

En esta ocasión, la iniciativa se ha celebrado bajo el lema 'Pegadas compartidas', haciendo alusión a la unión que viven los residentes y el equipo profesional que los acompaña durante la experiencia. La palabra ‘Pegadas’ hace referencia a las huellas de todo tipo, tamaño y forma que cada año se van sumando en el Camino de Santiago.  

El proyecto está impulsado por el activista Javier Pitillas, quien destaca por su implicación en numerosos proyectos para personas con discapacidad. El objetivo principal de este expolicía local, ahora jubilado, es normalizar la diversidad funcional y crear ilusión en torno a un proyecto de vida. De este modo, DisCamino anima a los participantes a salir de su zona de confort y, a su vez, contribuye a poner en valor la importancia que tiene la voluntad y el esfuerzo para la consecución de retos tanto personales como colectivos. 

Carmen Vázquez, educadora social de DomusVi Bóveda, describe el DisCamiño no solo como una peregrinación, sino como “convivencia, inclusión y alegría para las personas que lo viven”. “DisCamiño es sentimiento, emoción y vida”, añade. 

El recorrido de la séptima edición de DisCamiño empezó el jueves 12 de octubre en Bóveda (Vigo) y ha pasado por Pontevedra hasta culminar en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela, el domingo 15 de octubre. Allí, familiares y otros cuatro residentes del centro -Herminio del Valle Moreno, Carmen Álvarez Jiménez, Ruperto Fernández Vázquez y Joel Lozano Silvosa-, acompañados de Vanesa (auxiliar) y más profesionales del centro que acuden cada año a esta cita, les han brindado una cálida acogida. 

Las tres etapas han estado repletas de momentos emotivos de superación, valentía y esfuerzo. Como en ediciones anteriores, los participantes han podido inmortalizar todos estos instantes gracias a las crónicas grabadas a diario por el equipo junto al resto de residentes del centro a los que se ha hecho extensible la iniciativa para que también pudieran formar parte.

Antes de iniciar cada Discamiño, la psicóloga de DomusVi Bóveda elabora un diario de experiencias para que los residentes participantes pudieran dejar plasmadas las experiencias que van viviendo al finalizar cada etapa. 

“Llevamos unos años formando parte de esta iniciativa tan mágica y especial en la que, además de realizar el Camino de Santiago, las personas usuarias viven una experiencia diferente de la rutina diaria, enriquecedora en todos los sentidos. Con DisCamiño procuramos que disfruten al máximo de lo que viven durante esos cuatro días de viaje”, explican las acompañantes en la aventura y profesionales del centro, Carolina Cotón, Carmen Vázquez, Begoña Montero y Marta López. 

Tras varias ediciones, se ha comprobado que los beneficios de DisCamiño son múltiples, como la mejora de la autoestima de los participantes a través de su trabajo en equipo, factores cruciales para el óptimo desarrollo emocional de las personas con diversidad funcional. El proyecto se convierte en un encuentro social entrañable con compañeros y voluntarios que se convierten en grandes amigos. 

El centro DomusVi Bóveda, destinado a personas con discapacidad física, cuenta con un modelo de Atención Integral centrado en la persona, donde no sólo se tienen en cuenta los cuidados asistenciales, sino que el cuidado está condicionado por el entorno que conforma a la persona a nivel social, físico y psicológico.